La Constitución Nacional no alcanza para controlar a los gobernantes argentinos, y nunca servirá si el Poder Judicial es temeroso o corrupto, pues al no controlar al Poder Ejecutivo y a los legisladores, seguiremos siendo los particulares un grupo abusado desde el poder, como en la antigüedad o en épocas más recientes en Argentina. Nuestra Carta Magna es muy linda y extensa, pero cuando sus cláusulas no protegen, algo ha fallado.
La Constitución Madre, la norteamericana, funciona y eso indica que las primitivas trece ex colonias que se unieron en forma inescindible para no ser derrotadas por Inglaterra para volver a dominarlas. Argentina inspirada en la Constitución Norteamericana, aprobó un texto largo, que no sirve para que el pais funcione. Ergo, el secreto no es la ley o la Carta Magna, sino el acatamiento por parte de los ciudadanos. Cuando no hay suficiente gente libre, constituciones para paises civilizados no alcanzan para generar el bienestar. Sirven para acreditar al gobierno de turno, pero no para defender a los habitantes de sus propios desgobernantes.
En Argentina la Primera Constitución Nacional, aprobada en 1853, tuvo reformas que la empeoraron, particularmente la peronista, efectuada para que Perón pudiese tener su segundo mandato 1952-58. La demagogia populista autoritarismo fascista peronista destruyó la cultura del trabajo proveniente de viejas leyes hispanas o socialistas, hasta que a Perón le convino reformarla. Lo hizo porque la existente solo le permitía un mandato presidencial desde 1946 hasta 1952, y seis años no alcanzaban a un militar que actuaba como el propietario de Argentina, al estilo Mussolini, Hitler, Franco y tantos otros de países sin cultura democrática, que existen, porque sus habitantes no se sienten ciudadanos sino súbditos del Amo Presidente, igual que antes lo fueron del Virrey de España. Perón para su tercer mandato presidencial luego de su largo exilio en la fascista España de Franco, ya estando viejo y enfermo, para Vice Presidente eligió a su mujer Isabel Martínez de Perón, sin antecedentes académicos. No llegó a cumplir un año en el cargo cuando murió, y la Constitución hizo que su viuda fuese Presidenta, pero inexperta quedó en manos de López Rega, ex policía y custodio de Perón en España. A la viuda, la dominó el tiempo que pudo, hasta que terminó mal y la Presidenta encarcelada años hasta que le permitieron volver a España donde hoy vive feliz y supongo rica y además jubilada como ex Presidenta Constitucional.
Tuvimos un nuevo gobierno militar que prometía garantizar el orden público asumiendo la presidencia de facto otro militar. Parecía mejor un militar disciplinado en la academia y acostumbrado a las jerarquías, que una joven inexperta viuda como Isabelita. Quizás lo fue, aceptemos. Pero ya habia un antecedente: cuando se presento para su primera presidencia por seis años, tenía gran experiencia como gobernante, pues fue ministro y vicepresidente militar incluso al momento de competir por mandato 1946-52 para Presidente constitucional, triunfando cómodamente sobre la fórmula democrática Tamborini-Mosca. Para 1952-58 eligió como vicepresidente a un marino, el Almirante Teisaire. Quizás por desconfiar de sus colegas del ejército… y de los civiles.
Hoy, se dice que casi la mitad de los votantes es peronista, y algo más de la mitad vota por la alianza CAMBIEMOS. Por suerte, el mandato presidencial dura apenas cuatro años, y a Macri solo le faltan todavía dos para completarlo. Y mostrar un cambio favorable para la mitad más uno de los votantes para el 2019. Hoy, conviene desconfiar del gobierno de Macri, y a los capitalinos, del Gobierno de la Ciudad del Intendente Larreta. No es la Constitución la que garantiza el bienestar, durante el kirchnerismo los presidentes se enriquecieron demasiado, y eso obliga a desconfiar de los políticos electos, especialmente Presidentes, Gobernadores e Intendentes. Incluyendo a los Jueces que permiten el robo generalizado desde el Estado en Argentina
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