ARGENTINA SALVAJIZADA

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Así se intenta expresar la situación de nuestro país que estuvo en términos relativos en mejores puestos que hoy   dentro del planeta. E indagar sobre el tema.

En un período desde digamos 1853 hasta 1930 la República Argentina vivió la experiencia de un orden Constitucional que le permitió un avance relativo muy importante entre los países del mundo al punto que nos hizo creer que éramos el “Coloso de América del Sur” por ¿comparación? con los Estados Unidos de América (U.S.A.) y mas en el plano regional, suponiendo que éramos mas y seguiríamos siéndolo respecto de nuestra vecina república – o imperio, quizás – de Brasil.

Y donde se suponía mas nos destacábamos entre los iberoamericanos era en un nivel cultural alcanzado en parte gracias a la educación pública, parte a la herencia hispánica, y a los aportes de gente de muchos otros países que contribuyeron, sea con sus inmigrantes o con  apoyos diversos, en muchos campos del saber y la creación.

1930 no fue un gran año para muchos  países, a raíz de la Gran Depresión iniciada en 1929  y otros motivos importantes. Como por ejemplo el éxito de las teorías fascistas en Italia y su secuela militarista que culminó con el nazismo y el expansionismo japonés en prácticamente la misma época. Y la sobreviniente Segunda Guerra Mundial.

Todo ese andamiaje de civilización avanzada del cual nos enorgullecíamos entró a tambalear. A medida que el Reino Unido fue dejando de ser el Gran Imperio Británico, nos fuimos apartando de las naciones occidentales de vanguardia. Nos negamos a participar en la segunda guerra mundial    cuando América y el mundo civilizado nos lo pedía, supongo que no solo para no mandar a nuestros chicos a la guerra, sino por otras razones menos humanitarias. Como las ideas militaristas fascistas que tomaron el poder el 6 de septiembre de 1930 y no lo abandonaron hasta que luego de ser derrotados militarmente en la Guerra de Malvinas los vencidos y desacreditados militares tuvieron que abandonar sus esfuerzos de preponderancia, pero no sin antes intentar de imponerse – con éxito efímero – al gobierno que primero surgió de las elecciones populares en el año 1983 y que terminó antes de tiempo por la comprobada incapacidad del Gobierno Civil presidido por el radical y tercermundista  Dr. Raúl Alfonsín.

En definitiva, cada vez mas lejos de occidente y  mas cerca del tercermundismo pareciera ser – para mi – un retroceso cultural gigantesco, que nos llevó a la barbarie porque fuimos olvidando elementos importantes de la cultura de vanguardia.

Entre estos elijo destacar unos pocos pero fundamentales: la cultura del trabajo, el respeto desde el Gobierno hacia los gobernados en un mínimo compatible con una nación que aspiraba a formar parte de Occidente y que luego de sucesivos gobiernos fracasados – comenzando por el peronismo en todas sus etapas hasta el radicalismo de Alfonsín – y algunas  de las instituciones mas importantes y menos comprendidas quizás por parte de los argentinos para el desarrollo de un país serio.

El deber tener una moneda seria y estable es obviamente la menos conocida, pero quizás la mas fácil de comprobar durante estos años decadentes. Porque de esto depende que las prácticamente infinitas transacciones de bienes y servicios que diaria o anualmente se realicen en Argentina puedan ser medidas o calculadas con seguridad económica y jurídica no solo en el presente sino a mediano y largo plazo, como sucede en los países serios que funcionan organizadamente a los cuales admiramos. Y a estos los consideramos civilizados, al menos en el aspecto productivo y económico.

Si tomamos en cuenta que la moneda de Argentina perdió trece ceros en su valor, desde que comenzó esta época de decadencia, y mas concretamente el peronismo, y hasta que el gobierno – irónicamente también peronista – del Dr. Menem tuvo que reinventarla frente al peligro de una segunda hiperinflación posterior a la gigantesca provocada anteriormente por los presidentes Perón, su esposa, el Dr. Alfonsín y varios gobernantes militares – es obvio que nos convertimos en un país sin moneda.

Y como tal, habíamos retrocedido, o caído muchísimo, y fuimos abandonando en términos económicos nuestra condición de país civilizado para convertirnos en un país de bárbaros, con desconocimiento de pautas de comportamiento cultural necesarias e imprescindibles para el logro de bien común que garantizaría nuestra constitución nacional, y al cual nuestros gobernantes no han sabido conducirnos.


EL SALVAJISMO ES PEOR

Hasta la llegada del presidente Carlos Saúl Menem al poder lo que era un país sin moneda sufrió un cambio notable: al imponer al valor del dólar como patrón para medir valores  dentro del país, en este aspecto pareció que habíamos dejado la barbarie y vuelto a la civilización  en cuestiones materiales. Que no era poco. Y como además el gobierno de Menem aceptó que USA es un gran país y que los argentinos queremos mayoritariamente ser occidentales y no tercermundistas resentidos, parecía que el cambio se había producido en forma definitiva. Máxime cuando el gobierno de Menem fue apoyado en las elecciones populares.

Sin embargo, la cosa fue diferente. La incultura argentina se había enquistado en la mayoría de la dirigencia política, y esa decadencia a la barbarie no solo no se revirtió, sino que nos sucedió algo que estimo fue aún peor: el SALVAJISMO inducido desde el propio gobierno.

Para explicarlo de otra forma, podemos decir que carecer de una moneda seria es propia de países bárbaros, que no han llegado – u olvidaron – las ventajas que representa, en especial para el trabajo, el ahorro, el crédito, y el progreso material y pacífico. Hasta allí teníamos cierta excusa: varias generaciones de militarismo fascista tenían necesariamente que dañarnos a los argentinos,

Pero donde no tuvimos excusas fue cuando en forma arbitraria un gobierno no elegido por el pueblo, destruyó nuestra moneda peso argentino convertible a comienzos de 2002. para lo cual obviamente fue menester hacer renunciar al fracasado Presidente  Constitucional Fernando De la Rúa, y repetir igual maniobra mafiosa respecto al interino y constitucional presidente Rodríguez Saa, todo  en diciembre de 2001.

Así, si olvidar o perder la moneda seria es digno de pueblos bárbaros, lo inverso no lo es. Porque DESTRUIR una moneda seria que cuenta con el apoyo de la gran mayoría de la población no es ya un tema de gobernantes bárbaros, sino de SALVAJES.

Y como el objetivo de estas líneas es continuar en alguna medida lo que durante unos cuatro años y hasta la primera época del gobierno del presidente Kirchner fue un sitio web, que discontinué, llamado incultura argentina, noto que ahora es mas claro hablar de una ARGENTINA SALVAJIZADA por culpa de su clase gobernante, que curiosamente es prácticamente la misma que hoy seguimos teniendo.

A medida que se vaya desarrollando este blog se irán incluyendo algunos artículos relevantes – los mejores, ajenos y otros míos – que habían formado parte de aquel que debí descontinuar. Y sobre todo espero que algunos viejos amigos de aquel  vuelvan a aportar su colaboración aquí. Y que si perdieron la esperanza la vuelvan a recuperar, porque el salvajismo – donde literalmente la LEY DE LA SELVA impera – no parece el mejor sitio para vivir en forma permanente.

Germán R. Pirán (director)

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Una respuesta to “ARGENTINA SALVAJIZADA”

  1. Horacio Raul Grandes Says:

    me parecio excelente el articulo, lamentablemente su veracidad puede llegar a erizar los pelos de alguien que este directamente implicado en estos delitos, porque mucho mas que salvajes, nosotros gozamos de poseer delincuentes mafiosos omnipotentes que compran su poder a traves del poder que les dieron los infelices que lucharon toda la vida confiando que alguna vez esto podia revertirse en este bendito pais

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